Hoy voy a dejar una entrada sobre algo diferente, pero de gente que era bien cristiana y muchos de los cuales sospechaban que la Tierra es plana: de los nacional-socialistas alemanes.
Desde El Espejo de Arcadia:
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JOSEPH GOEBBELS 34 (color): "La pregunta decisiva es de si en este mundo más nuevo y brillante vivirán también personas más felices. La Humanidad naufragará en un mar de sangre y de lágrimas. Los hombres se matarán por poseer las cosas más superfluas y banales. Y aquellos que querrán poner remedio a este estado de cosas no tendrán otra alternativa que volver la vista hacia lo que nosotros hicimos. Vendrán hombres que aun sin mencionarnos, porque les estará prohibido o porque temerán hacerlo, intentarán transitar por este camino nuestro. Pero al final ¡Venceremos! porque lo bueno y lo verdadero siempre triunfa en este mundo."
EL ÚLTIMO DISCURSO DE JOSEPH GOEBBELS
"La
Guerra se aproxima a su fin. La demencia que las potencias enemigas desataron
sobre la Humanidad ya ha pasado su punto culminante en lo que a esta guerra se
refiere. Lo único que dejará detrás de sí, y en todo el mundo, será solamente
un indescriptible sentimiento de vergüenza y de asco. Y no puede ser de otro
modo. La artificialmente construida y corrompidamente mantenida coalición entre
Plutocracia y Bolcheviquismo terminará por romperse.
Alemania
terminará dividida. Austria terminará librada a su propio destino. Los
soviéticos extenderán su influencia hasta el Atlántico. Inglaterra tarde o
temprano perderá la totalidad de su Imperio. Hasta Estados Unidos pronto
pensará distinto sobre este estremecedor fenómeno mundial. Guerras raciales
internas y una decadencia indetenible les hará perder su prestigio y poder
mundial.
Suceda
lo que suceda, Alemania renacerá en pocos años después de esta guerra. Y no
será solo por su propio esfuerzo. Alemania es tan imprescindible para Europa
que hasta nuestros propios actuales enemigos tendrán que impulsar su
reconstrucción. Nuestros campos y provincias destruidas serán repobladas en
nuevas ciudades y pueblos... Volveremos a ser amigos de todos los Pueblos de buena
voluntad que habitan la Tierra y junto con ellos haremos cicatrizar las heridas
que deforman el noble rostro de nuestro continente.
Toda
Europa y el mundo participarán de los avances que le hemos dado a la Ciencia.
Pero la pregunta decisiva es de si en este mundo más nuevo y brillante vivirán
también personas más felices. Si nuestros enemigos imponen su voluntad, la
Humanidad naufragará en un mar de sangre y de lágrimas. Habrá guerras y más
guerras que se sucederán prácticamente sin interrupción.
Sin duda serán más reducidas
y más aisladas geo-políticamente que esta guerra porque ya nadie se atreverá
tan irresponsablemente a provocar una hecatombe semejante a la actual. Pero si
bien podrán ser guerras más reducidas, serán tanto más deshonrosas. El honor en
el campo de batalla será definitivamente sepultado por la fría y sistemática
decisión de matar y destruir a cualquier precio.
Los hombres se matarán
por poseer las cosas más superfluas y banales. Las Plutocracias naufragarán en
una desesperada carrera por dar cada vez más lujos a la Humanidad corrompida
por la molicie. Al final, las Plutocracias terminarán por no poder dar de comer
a una población cada vez más numerosa. Habrá otra vez hambre de desocupados. Y
vendrá otra vez el Bolchevismo a ofrecer tentadoramente las mismas soluciones
falsas que nos ofrecieron a nosotros durante ese monstruoso monumento al
fracaso y a la ignominia que fuera la república de noviembre.
Y aquellos que querrán
poner remedio a este estado de cosas no tendrán otra alternativa que volver la
vista hacia lo que nosotros hicimos y hacia aquello por lo cual seguiremos
peleando hasta el amargo final. Aquellos que quieran mejorar este mundo
decadente y corrupto tendrán que comprender que Plutocracia y Bolchevismo no
son los dos únicos caminos transitables para redimir a la Humanidad de la
miseria y el fracaso. Porque hay un tercer camino que es el nuestro, que es el
único y el mejor, y que es aquel que Adolf Hitler nos señalara.
Vendrán hombres que
aun sin mencionarnos, porque les estará prohibido o porque temerán hacerlo,
intentarán transitar por este camino nuestro y serán combatidos y traicionados
al igual que nosotros lo fuimos. Pero al final ¡Venceremos! porque lo bueno y
lo verdadero siempre triunfa en este mundo".
Berlín, 19 de abril de 1945.
Dr. Paul Josef Göbbels.
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